«-Bono conoció a la que sería su esposa en el instituto -dijo Park.
-Sí, y también Jerry Lee Lewis -contestó Eleanor.
-No estoy bromeando.
-Pues deberías. Tenemos 16 años -dijo ella.
-¿Y qué pasa con Romeo y Julieta?
-Superficiales, confundidos y, posteriormente, muertos.
-Te quiero, y no estoy bromeando -le dijo Park.
-Pues deberías.»
Rainbow Rowell
Por si la portada no me atrajo lo suficiente cuando vi Eleanor & Park por primera vez, al descubrir que la reseña era una cita del mismo libro (que en realidad no se encuentra exactamente así en el interior) quedé fascinada, e, inmediatamente, empecé a crear altas expectativas que nunca creí que pudieran superarse. He oído mil veces "Nunca juzgues un libro por su portada", pero yo rompo esa regla constantemente. Cuando veo un libro con una portada que me encanta siento la necesidad de leerlo, aún sabiendo que me voy a llevar una desilusión.
Eleanor & Park no tenía por qué ser una excepción de todos esos libros tan bonitos por fuera y tan normales y corrientes por dentro que había leído, y era consciente de ello cuando lo compré.
Al leer los primeros capítulos estuve ya segura del error que había sido comprarlo, y me prometí ser más razonable la próxima vez. Pero, a parte de guiarme por la portada, algo que también siempre hago es aburrirme en el principio de todos mis libros favoritos. Sí, así es, un libro que me planteé dejar a mitad se convirtió en uno de los mejores libros que he leído nunca.
La novela la empieza narrando Park, que está en el autobús del colegio intentando no oír las estupideces de los chicos del fondo subiendo el volumen de su walkman. Está solo, pero no le importa. En las primeras filas están sentados los pardillos y los empollones y en las últimas los populares. Park se encontraba entre ambas, sin molestar, siendo todo lo invisible que podía. Su plan de pasar desapercibido iba genial, hasta que el autobús frena para dejar subir a una extraña chica. Corpulenta, de cabellos pelirrojos y piel pecosa, y, por si no le bastaba con su físico, iba vestida como si hubiera cerrado los ojos para elegir la ropa. Nada pegaba con nada. Eleanor parecía estar pidiendo a gritos que se metiesen con ella, y Park la culpaba por ello.
«La nueva inspiró profundamente y siguió avanzando.
Nadie la miraba. Park intentó hacer lo mismo, pero la
chica atraía su mirada como lo haría un accidente
ferroviario o un eclipse.»
Pero esto no termina aquí. Eleanor buscaba un lugar libre para sentarse, pero nada, estaban todos ocupados. Excepto... excepto el que había al lado de Park.
Su relación empieza fatal, se odian el uno al otro. Pero un día, Park descubre a Eleanor leyendo por encima de su hombro el cómic que que tenía en el regazo, así que lo inclina un poco para que ella pueda verlo mejor. A partir de entonces, todo empieza a cambiar, y, después de un largo tiempo de silencio, empiezan a conversar durante los viajes en autobús.
«-¿Y qué superpoder te gustaría tener a ti? -preguntó Park
para cambiar de tema. Se levantó a mirarla sin levantar la
cabeza del respaldo. Sonreía.
-Me gustaría volar -dijo Eleanor con la mirada perdida-. Ya
sé que no es un superpoder muy útil pero... volar.»
Tal vez la trama no sea gran cosa a simple vista, pero la autora hace que todo sea especial. Los diálogos son muy divertidos e ingeniosos, las descripciones son maravillosas y cada personaje tiene algo que lo hace diferente. Tanto Eleanor como Park me han fascinado. Me parecen tan interesantes...
Eleanor; una chica pelirroja que se atreve a llevar conchas en el pelo y que apunta en sus libros de clase títulos de canciones que no ha escuchado nunca.
Park; un muchacho coreano que busca el momento para revelarse contra todo lo que le impide ser él mismo.
Eleanor; una chica pelirroja que se atreve a llevar conchas en el pelo y que apunta en sus libros de clase títulos de canciones que no ha escuchado nunca.
Park; un muchacho coreano que busca el momento para revelarse contra todo lo que le impide ser él mismo.
«-Tú no eres Han Solo en esta relación, ¿sabes?
-Claro que soy Han Solo -susurró ella.
Le sentó bien oír su voz. Le sentó bien recordar
que era Eleanor quien latía bajo aquella carne
nueva.
-Bueno, pues yo no pienso ser la princesa
Leia -dijo él.
-No te aferres tanto a los estereotipos -repuso
Eleanor.»
Se trata de una tierna historia de amor entre dos jóvenes inadaptados que va más allá del físico y de la opinión de los demás. Es esperanzadora pero muy realista. Es un libro que destaca entre todos los demás y que demuestra que no es necesario seguir los tópicos de las novelas juveniles para que te enganche.
«-Pensaba que te había parecido patético -dijo Park.
-Pues sí.
-¿Patético y alucinante?
-Son tu segundo y tercer nombres...»
Eleanor & Park rompe con todo. Me parece una historia tan sugerente... Ojalá hubiera sucedido en la realidad, ojalá suceda, ojalá todas aquellas personas que sienten que no encajan encuentren su hueco en el puzle...
«Eleanor dio un paso hacia él.
-¿Tengo pinta de vagabundo?
-Peor aún -replicó Park-. De payaso vagabundo.
-¿Y a ti te gusta?
-Me encanta.
Nada más oírlo, Eleanor sonrió. Y cuando Eleanor
sonreía, algo se rompía dentro de Park.»
Este libro, a pesar de que me dejó con ganas de más, una segunda parte me parece impensable, ¿cómo iba a gustarme tanto como la primera?
«Eleanor no era bonita. Eleanor era
como el arte. Y el arte no tiene que
ser bonito, el arte debe hacerte
sentir algo.»