«Quince años más tarde, la memoria de aquel día ha vuelto a mí. He visto a aquel muchacho vagando entre las brumas de la estación de Francia y el nombre de Marina se ha encendido de nuevo como una herida fresca. Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma. Éste es el mío.»
En la Barcelona de 1980 Óscar Drai sueña despierto, deslumbrado por los palacetes modernistas cercanos al internado en el que estudia. En una de sus escapadas conoce a Marina, que comparte con Óscar la aventura de adentrarse en un enigma doloroso del pasado de la ciudad, un desafío de siniestras consecuencias que alguien deberá pagar.
Carlos Ruiz Zafón
Si hubiese hecho la reseña a los pocos meses de leer el libro, hubiese sido todo maravilloso, con luces decorativas, matasuegras y serpentina. Hace un año que leí este libro, y por aquel entonces lo tenía en un pedestal, claro, no estaba acostumbrada a leer lo que leo ahora y entonces me pareció buenísimo.
El libro no está mal: la prosa es buena, y el autor mezcla bastantes géneros en la novela, como misterio, fantasía, romance... Está bien. Nada más, solo bien.
No puedo hacer una reseña muy detallada porque mi mente está un poco borrosa, ya os digo, este libro lo compré el dos de mayo del año pasado, cuando fui a Alicante con el resto de compañeros. Aun así, allá va:
«A veces las cosas más reales surgen de la imaginación, por eso, solo recordamos lo que nunca sucedió»
Óscar es un joven que vive en un internado, casi sin familia ni amigos. En una de sus constantes escapadas por los barrios de Barcelona, entra en una casa que cree que está abandonada, y conoce a Marina, la que será su acompañante en los próximos meses.
Juntos sacarán a la luz la historia del invernadero, la mujer que iba al cementerio el mismo día cada mes, las extrañas figuras del taller, el baúl de los recuerdos, y la vieja fábrica de Mijail. Y por otra parte establecerán una bonita amistad que con el tiempo llegará a algo más.
«Las derrotas en silencio saben mejor.»
Los capítulos de misterio e intriga han avanzado rápido, en cambio, los capítulos explicativos han sido un tostón (algunas páginas me las salté porque se me hacía eterno)
Los personajes no tenían nada especial, eran unas personas normales que encuentras por la calle metidas en el libro. Eso a veces me gusta, pero en este caso se ha sumado a las lista de factores aburridos del libro Marina.
Si me tengo que quedar con algo bueno de la novela... Me quedo con Marina, es un personaje con carácter, muy madura para su edad y con un secreto que esconde hasta el final del libro, cosa que me gustó bastante.
Lo que descarto y ,mucho menos, reciclo de esta novela, es la historia de Eva.
«¿Qué clase de ciencia es ésa capaz de poner un hombre en la Luna pero incapaz de poner un pedazo de pan en la mesa de cada humano?»
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